Hola, por acá Cindy, vivo en mi amado Osorno, tengo 40 años y de profesión soy Ed. Diferencial, pero desde hace 4 años decidí emprender, y bordar se volvió mi estilo de vida. Casada con mi gran amor Nelson y somos papis de Tomás, Matías, Martín y nuestro perrito Pericles. Jamás pensé que el bordado se iba a convertir en mi vida. Estudié en un colegio de monjas y en la asignatura de Técnico manual nos hacían bordar y tejer, por supuesto yo no lo hacía y mi querida wely Tere terminaba mis trabajos. Gracias a ella en mi casa siempre había lanas, hilos, agujas, costureros, máquina de coser antigua, y por esto jamás se me hizo ajeno las manualidades. A veces bordaba, cosía o tejía. Pasaron muchos años, llegó pandemia, tuve a Martín y se me gatilló una depresión postparto, decidí ir a terapia y mi nuevo diagnóstico era y es ansiedad generalizada asociada a depresión mayor, el escenario cambio y después de una conversación con mi esposo, decidí dejar mi trabajo estable y enfocarme en mí, en mi salud mental. Gracias a eso, decidí emprender, junto a mi hermana, un negocio de venta de insumos y kits para tejer y bordar, y logré hacer talleres de bordados. Desde eso ya son 4 años y no he parado con los talleres. Curso que hay lo tomo, para especializarme en más técnicas. Eso es lo lindo y mágico de esto, que jamás paro de aprender. La comunidad del bordado ha sido generosa conmigo. He encontrado lindas personas en este camino y me emociono con cada puntada, con cada bordado que hago o veo, porque bordar no es solo pasar un hilo por la tela, sino que es en la persona que me convierto al bordar, al crear, en mí habita toda la fuerza para crear un nuevo mundo, quiero que mis bordados y mis talleres cuenten una historia.