¿Te produce la misma alegría enseñar a tejer que tejer cosas para ti?

Esta es una pregunta difícil. Pero diría que me encanta enseñar. Me encanta ver ese brillo en los ojos de las personas cuando aprenden algo nuevo. Siento que se les abre un mundo. Ahora estoy haciendo un taller que se llama Mi primer chaleco, porque me di cuenta que había mucha gente que sabía tejer, hacían cuadraditos o bufandas, pero que tejer un chaleco les resultaba algo casi imposible. En esa clase lo que hacemos es conversar; hablamos de puntos, de lanas, de grosores, materiales y les explico cómo se construye un chaleco. Entonces cuando una persona me dice: “nunca he tejido un chaleco raglan” y lo logran. O me dicen: “es que no entiendo cómo aumentar”, y les enseño y ven cómo el tejido crece. O cuando me dicen, “es que los ojales son imposibles” y les digo: “mira, es solo una lazada y dos puntos juntos”, y veo ese brillo en ojos cuando lo logran, es lejos lo que me hace más feliz. Siento que tejer es un minuto de creación, de desconexión, de paz; y por otro lado enseñar, es un momento de adrenalina, energía, que me llena completamente. Y yo necesito esos dos espacios en mi vida para ser feliz.

¿Qué momento de tejer es el que más te gusta? Y ¿qué momento te gusta menos?

Mi momento favorito es cuando siento que “esa idea” ronda por mi cabeza, cuando tengo unos colores dando vueltas, o un grosor de lana que quiero probar o vi una lana que me gustó. Y empiezo a pensar y a tejer mis muestras. Yo siento que el papel aguanta todo, porque puedo hacer un dibujito súper bonito, pero otra cosa es con palillos. Me encanta sentarme con mis materiales, elegir el color de fondo, el tamaño del dibujo, de las repeticiones. En el jacquard es muy importante fijarse en los colores para ver el contraste que va a tener. Ese minuto es el que me produce más placer: empezar, elegir, calcular. Y el momento que momento que menos me gusta es el que menos le gusta a la mayoría: terminar. Así como al empezar uno tiene todas las ganas y toda la ilusión, terminar y llegar al elástico o cerrar o esconder las hebras no es lo más entretenido. Por suerte tengo una comunidad de tejido, ansiosa y amorosa, que me pregunta: “¿cuándo vas a terminar el chaleco? ¿cuándo va a estar listo el patrón? ¿podemos ver la última foto?” y eso a mí me da ánimo y me da energía necesaria para esconder todas las hebras y terminar mis tejidos.

¿Cómo van naciendo las imágenes que llevas a tus patrones? ¿Qué te inspira? ¿Cómo reconoces esa inspiración?

En general me inspira mucho la naturaleza. Me gusta tejer flores, hojitas, animales, y las cosas que me rodean. Pero todo cuaja, en el minuto en que elijo el material porque cuando uno teje, el material es limitado. Depende de la carta de colores que tenga ese hilado. Por ejemplo, si tengo la carta de colores del algodón y quiero traspasar eso a lana, va a quedar diferente porque no son los mismos colores. Entonces cuando elijo el material, elijo el color. De hecho, en Revesderecho siempre están llegando nuevos colores y yo voy probándolos todos. Es un proceso súper bonito porque por un lado van las imágenes, y los dibujos que quiero hacer, pero muy tomado de la mano, va el color y el material.

Tus prendas están llenas de color, tus fotos en redes sociales también ¿Cómo vives el color día a día?

Yo vivo rodeada de color. Mi casa es multicolor: mis sillones, mis paredes, mis platos son estampados o rayados, mi ropa… los colores me llenan de energía. Lo que se refleja en mis redes sociales, es exactamente lo que me rodea; yo no hago las fotos en un estudio, no tengo elementos para la foto que no use en mi día a día. Las saco en mi departamento lleno de colores. A veces, cuando alguien viene a mi casa se impacta un poquito, sobre todo si viene algún hombre.

¿Qué recomendación podrías darnos para atrevernos a hacer combinaciones más jugadas?

Lo que yo les digo a las personas que no se atreven a combinar, es partir haciendo una combinación de colores análogos. Es decir, elegir dos tonos del mismo color. Siempre parto por dos tonos que me gusten. Por ejemplo, un rosado oscuro y uno clarito, o un amarillo oscuro y un amarillo más clarito, y después voy añadiendo otros colores, y probando. Entonces en ese ejercicio de sumar colores, voy sacando los que encuentro que ya no necesito; tal vez al sumar un morado a los amarillos, el amarillo clarito me sobra, y lo quito. Eso sí, es importante saber que es imposible que nuestras combinaciones le gusten a todo el mundo. Uno puede hacer unas mezclas fantásticas que teóricamente funcionan, pero todo esto tiene mucho que ver con el gusto personal. Creo que lo más importante, es que esta combinación, le guste a la persona que lo va a tejer y a la persona que se lo va a poner.

Estás haciendo un libro ¿podemos saber un poco más?

Escribir un libro es el sueño por cumplir que me faltaba. Hace años que quería hacerlo. Estoy súper emocionada porque estoy trabajando con una editorial chiquitita y con un equipo precioso. El libro es de jacquard y es absolutamente multicolor. Hay patrones para niños y adultos, algunos son unisex, otros más femeninos. Además, tratamos de tejer con distintos materiales y distintos grosores de palillos y lanas. La idea es que todas las personas puedan tejer, por eso también hay patrones con distintos grados de dificultad. El tejido jacquard a veces se ve difícil porque uno ve muchas figuritas y muchos colores, pero no es difícil de seguir y una vez que uno entiende, es muy entretenido. Ya hicimos la primera sesión de fotos, y estoy terminando de tejer con la ayuda de varias personas que también están trabajando para este lindo proyecto, que espero esté listo a fines de este año.